El Timo: la llave de la energía vital/Artículo escrito por la Dra. Nanci Strauss

En el centro del pecho, detrás del esternón, donde la gente toca cuando dice "yo", queda una pequeña glándula llamada TIMO. Su nombre en griego, ‘thýmos’, significa energía vital. ¿Será necesario decir más?

Si, es necesario decir algo más… Porque el timo sigue siendo un ilustre desconocido. El crece cuando estamos alegres y encoje a la mitad cuando estamos estresados y aún más cuando enfermamos.

Esa característica confundió durante mucho tiempo a la medicina, que solo lo conocía a través de las autopsias y siempre lo encontraba achicado y encogido.

Se suponía que se atrofiaba y dejaba de trabajar en la adolescencia, tanto es que durante décadas los médicos americanos bombardeaban timos perfectamente saludables con altas dosis de rayos X, creyendo que su ‘tamaño anormal’ podría causar problemas.

Más tarde la ciencia demostró que, aunque disminuye su tamaño después de la infancia, sigue siendo activo; es uno de los pilares de nuestro sistema inmunológico, junto con las glándulas adrenales y la espina dorsal y está directamente conectado a los sentidos, la conciencia y el lenguaje.

Como una central de teléfonos por donde pasan todas las llamadas, hace conexiones para afuera y para adentro.

Si somos invadidos por microbios o toxinas, reacciona inmediatamente produciendo células de defensa.

Pero también es muy sensible a imágenes, colores, luces, olores, sabores, gestos, toques, sonidos, palabras y pensamientos. .

Amor y odio lo afectan profundamente

Pensamientos negativos tienen más poder sobre él que los virus y bacterias.

Como esa actitud mental negativa no tiene una motivación biológica concreta, el timo intenta reaccionar y se debilita, generando una situación de stress, luchando contra un invasor desconocido y abre espacios para síntomas de baja inmunidad, como los herpes.

En compensación, pensamientos positivos consiguen activar todas sus funciones.

Un test del pensamiento.Este simple test puede demostrar esa conexión.Cierra los dedos pulgar e índice en la posición de ‘ok’, apriete con fuerza y pida a alguien para intentar abrirlos en cuanto piensa "estoy feliz".
Después repita pensando " estoy infeliz".

La mayoría de las personas conserva la fuerza en los dedos con el pensamiento feliz y se debilita cuando piensa que está infeliz.
(Sustituya los pensamientos por un delicioso helado de chocolate, un pastel de coco relleno de crema, para ver que sucede…)
Ese mismo test sirve para diagnosticar situaciones bastante más complejas.

Por ejemplo, el médico necesita un diagnóstico diferencial, su paciente tiene síntomas en el hígado que tanto pueden significar cáncer cuanto abscesos por amebas.

Usando láminas con muestras o incluso representaciones gráficas de una u otra hipótesis, testea la fuerza muscular del paciente estando en contacto con ellas y llega al resultado deseado.

Las reacciones son consideradas respuestas del timo y el método, que ha sido demostrado en congresos científicos alrededor del mundo, ya es enseñado en la Universidad de Sao Paulo (Brasil) y a naturópatas y acupuntores.

El detalle curioso es que el timo queda bien pegado al corazón que se acaba ganando todos los créditos con relación a sentimientos, emociones, decisiones, manera de hablar, de escuchar, estado de espíritu, etc…’

"Estoy con el corazón apretado", por ejemplo, revela una situación real del timo que solo por reflejo envuelve el corazón en el problema.

El propio chakra cardíaco, fuente energética de unión y compasión, tiene más a ver con el timo que con el corazón y es en ese chakra que, según las enseñanzas budistas, se da el pasaje del estado animal al estado humano.

¡Que interesante!, usted puede estar pensando, pero ¿y qué interés tiene esto?’

Resulta que, si Usted quiere, puede ejercitar el timo para aumentar su producción de bienestar y felicidad.

Sencillos ejercicios para practicar por la mañana, al levantar, o en la noche antes de acostarse:

a) – De pie, las rodillas ligeramente dobladas, (la distancia entre los pies debe ser la misma de los hombros). Ponga el peso del cuerpo sobre los dedos y no sobre el talón y mantenga toda la musculatura bien relajada.

b) – Cierre cualquiera de las manos y comience a dar golpecitos continuados con los nudillos de los dedos en el centro del pecho, marcando el ritmo así: una fuerte y dos débiles. Siga haciéndolo entre 3 y 5 minutos, respirando tranquilamente, mientras observa la vibración producida en toda la región torácica.

Dra. Nanci Strauss
Medicina holística